Presentación

Hola, me llamo Sara y vivo en Íllora. Tengo 11 años. Estudio en el colegio Gran Capitán.

Cerca del pueblo hay una sierra llamada Parapanda, que es muy bonita. También hay un castillo árabe que también es muy bonito.

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Hello, my name is Sara and I live in Íllora. I have 11 years. Study at school Great Captain.

Near the village there is a mountain called Parapanda, which is very pretty. There is also an Arab castle is also very nice.


Yo también soy escritora.





      Los Extraterrestres
      Íbamos unos amigos y yo a dar un paseo por la pradera cuando vimos una nave espacial. Todos nos sorprendimos. Un poco asustados,fuimos a mirar lo que había dentro, nos asomamos y... ¡Extraterrestres! Todos echamos a correr. Los extraterrestres tenían tres ojos, eran amarillos y con la cabeza cuadrada,tenían tres brazos y en cada mano ocho dedos, sus piernas eran muy cortas y sus ojos eran muy grandes, también tenían dos antenas con las que se comunicaban con los demás .Los extraterrestres se veía que hablaban nuestro idioma porque hablaban español .Nos decían que paráramos, nos paramos y nos dijeron que no hacían nada, que no eran peligros. Al cabo de estar con ellos un rato nos dijeron que vinieron a conocer nuestro planeta, que el suyo era muy feo y aburrido. Unos pocos días después nos fuimos a visitar su planeta. No era tan feo como ellos decían. Tenían muchas cosas que no había visto nunca. A partir de ese día todos los fin de semana se venían a quedarse o a recogernos para que nos fuéramos.
      No lo pasábamos muy bien con ellos, porque eran muy divertidos.
        El secreto del parque 
Carlos, Javi y yo nos vamos todos los días al parque a jugar a la pelota, al escondite y a muchas cosas diferentes. Un día, jugando al escondite, me escondí detrás de un árbol.
Vi unas lineas que dibujaban un circulo, lo toqué y, de repente, se abrió una puerta. Corriendo avisé a Javi, que era el que se la quedaba y empezamos a buscar a Carlos que, todavía, estaba escondido. Cuando lo encontramos decidimos entrar a aquel árbol. Aquello estaba oscuro y se veían unas lucecitas blancas, solamente eran los ojos de un gato. Más adelante vimos otra puerta, la abrimos y...¡Aquello era maravilloso! Había unas grandes praderas y muchos colores diferentes. Al fondo había animales muy raros. Nos acercamos para ver que eran. Eran MOUNSTRUOS, Javi,Carlos y Yo salimos a correr, los MOUNSTRUOS nos perseguían, hacían señales, no sabíamos lo que significaban, Carlos decidió acercarse a ellos, cuando vio que no hacían nada fuimos Javi y Yo. Eran muy divertidos,tenían muchos colores diferentes, contaban chistes, y jugaban con la pelota. Al cabo de un ratillo cuando nos hicimos amigos les enseñamos a jugar a todo lo que jugábamos nosotros. Todas las tardes nos íbamos a jugar con ellos, nos llevábamos pelotas, cuerdas y todo tipo de cosas para jugar. Seguro que si los conocéis os van a encantar, son muy majos.

El gato y el ratón
Iba el gato por el campo buscando comida para el invierno cuando de repente apareció un pequeño ratón que dijo ;
-Jaja que risa me da al verte trabajar,Jaja yo cogeré comida en invierno, no ahora-Dijo el pequeño ratón.
El gato no le hacía caso porque el sabía que lo tenía que hacer. El gato siguió por su camino, sin hacerle caso a el ratón y buscando tipos de comida para él y su familia.
Se acercaba el invierno y el ratón todavía no había buscado comida, el gato sabía que no iba a encontrar comida.
Cuando llegaba el invierno la familia de gatos buscaba refugio y todavía lo que quedara de comida, el ratón muy desesperado fue a pedirle algo de comer al gato. El gato le dijo al ratón que le había dicho que cogiera comida pero que el no le hacía caso. El gato no tuvo mas remedio que darle un poco de comida y una pequeña mantita para no pasar frío. Le dijo que que ya no le iba a volver a decir nada.


Descripción de la plaza de los Pitufos

Entrando a la plaza se ven unos bancos rodeados de árboles. Desde ahí se ven unas casas con dos pisos y cada una de un color, son muy bonitas. Los árboles son altos y muy finos. El camino rodea los bancos. Allí te sientes muy a gusto porque no se oye ningún ruido, solo el de los pájaros que revolotean por los árboles. Siempre que vamos allí no lo pasamos muy bien.
Esta plaza me parece diferente porque me divierto mucho por lo que estoy deseando de ir otra vez.
Mi señorita de matemáticas
Mi señorita de matemáticas se llama Ana. Tiene el pelo negro con algunas que otras canas. Es alta y delgada y es cincuentona aunque ella dice que tiene 22. Es muy alegre y muy simpática aunque algunas veces se enfada y nos regaña. Explica muy bien y nos enteramos de todo al instante. Le gusta mucho la papiroflexia. No nos deja coger el ordenador porque dice que no nos hace falta.
El año que viene cuando nos vallamos al instituto la echare de menos aunque me regañe.


Mi taza de colores
Mi taza es un poco vieja y está un poco rota. Tiene muchos colores y adornos; es amarilla y azul, con flores y corazones. A mi me gusta mucho porque aparte de que la tengo desde hace mucho tiempo, siempre desayuno con ella. Algunas veces no puedo desayunar con ella porque no está limpia del todo.
Tiene un asa de color azul con puntos amarillos y por dentro, es verde. Casi todas las tazas son blancas por dentro pero esta no.
Me gusta mucho desayunar con ella porque ya le he pillado cariño y espero que la tenga para siempre.
El empleado y su tienda de chucherías
A la media hora de abrir el comercio entró en la tienda una panda de niños. Yo les dije que que querían. Me dijeron que solo iban a mirar lo que habían. Los niños se veía que venían de jugar al fútbol o algún otro deporte porque venían muy sucios y olían a sudor. Después de que pasara un rato les cobré.
Al rato vino una mujer muy guapa, arreglada, que olía bien y tenía muchos dineros porque venía en una limusina. La mujer le dijo al empleado que era muy feo, que estaba sucio y que olía mal. El empleado dijo que se había duchado por la mañana. Él la echó de la tienda sin ninguna duda.
La mujer se fue arrepentida porque había ido para comprarse unas chucherías pero no pudo evitar meterse con el supuesto empleado sucio, que olía mal y que era feo.
El perro abandonado
Por la carretera andaba y un perro muy triste, se llamaba Bobi. Era doméstico, y estaba abandonado. Tenía la cabeza pequeña, las patas largas y el rabo como si le hubieran hecho un lazo en medio, pero también tenía el pelo corto y de color negro y blanco. Sus orejas eran grandes y sus ojos verdes. Era precioso, pero lo habían abandonado. Sus dientes no los tenía afilados porque los tenía gastados de tanto morder huesos.
Era tonto porque cada vez que veía un coche se lanzaba a él. Pero tenía mucha suerte y nunca le atropellaban. Pero de todos modos era bonito y simpático.
  Mi reloj
Mi reloj tiene dos años, ya que lo tengo desde mi comunión. Es digital, pero los números son muy raros. Marca la hora, los minutos, los segundos, el día y pm o am. Casi todos los relojes suenan al cabo de una hora, éste no. Está muy estropeado, su cadena, en general, es más o menos naranja; lo demás, azul y de plástico. Le tengo mucho cariño. Todas las noches veo su luz cuando voy a dormir.
El pingüino
Los pingüinos viven en la Antártida. Son aves salvajes, pero no peligrosos. Suelen medir menos de medio metro, son blancos y negros y algunos también amarillos. Tienen plumas y alas pequeñas y suaves, su pico es muy alargado y sus patas muy cortas.
Me gusta en especial por cómo anda y por lo divertido que es.
 Mi padre
Mi padre se llama Sebastián García García, es de Íllora y tiene poco más de 50 años. Es de mediana estatura, fuerte y no demasiado gordo. Tiene la piel morena y sus pelos son negros, con algunas canas. Él es bueno con todo el mundo, pero cuando me porto mal, se enfada conmigo. Mi padre trabaja en Íllora, en distribuciones de bebidas, y casi todos los días se tiene que ir a pueblos cercanos a llevar las bebidas que le piden. Yo lo espero por las noches para darle un beso, porque lo quiero mucho.